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15 October 2013

El Premio Nobel de Economía 2013

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And the winner is... Lionel Messi!... and Cristiano Ronaldo!!... and Víctor Valdés!!! La cara que se nos quedaría en todos si el balón de oro fuera compartido por Messi, Cristiano y Valdés es la cara que hicimos todos los economistas ayer cuando se anunció que el premio Nobel de economía iba a parar a Eugene Fama, Robert Shiller y Lars Hansen. Y no hago el paralelismo por el hecho de que dos de ellos juegan al mismo equipo (Fama y Hansen dan clase en la universidad de Chicago) y el otro juega al equipo contrario (Shiller en la de Yale) sino porque Fama y Shiller son adversarios intelectuales que llevan décadas peleándose en torno a un tema: la eficiencia y racionalidad de los mercados financieros.

La historia empieza en los años sesenta cuando Eugene Fama, el mayor (por edad) de los tres galardonados, postula la teoría de los mercados eficientes. Lisa y llanamente, la teoría dice que la gente que opera en los mercados financieros (por ejemplo, la bolsa) compran y venden acciones tan rápidamente que hacen que sea imposible predecir si el precio de una acción subirá o bajará. Para entenderlo, hay que recordar que una acción es un papelito que da el derecho de propiedad sobre un trozo de una empresa. Además de dar derecho a cobrar dividendos, este papelito se puede vender y comprar en un mercado que se llama bolsa. ¿La pregunta es, qué precio tiene este papelito? La respuesta de Fama es que el precio será equivalente a la suma de todos los beneficios que se espera que dé a lo largo del tiempo. ¿Por qué? Fijaos en que si los beneficios que dará la acción son 120 y el precio es sólo de 100, entonces los inversores correrán a comprar esta ganga (¡siempre que uno pueda comprar a 100 una cosa que genera 120, uno acaba haciendo buen negocio!) ¡El problema es que, en un abrir y cerrar de ojos, la competencia de los inversores para comprar esta acción hará subir el precio hasta que este alcance el valor de 120 y el negocio habrá desaparecido!

Es más, cada vez que aparezca alguna noticia que indique que la empresa ganará muchos beneficios en un futuro, los inversores correrán a comprar esta acción y, al hacerlo, harán subir el precio. La conclusión es que el precio de las acciones refleja toda la información sobre el futuro de la empresa que la comunidad financiera tiene a su disposición ahora.

Si el precio actual de un activo financiero contiene toda la información disponible, cualquier movimiento futuro de este precio tiene que ser causado por información que ahora no está disponible. Es decir, el precio futuro de las acciones no se puede predecir. Esta conclusión representa un monumental bofetón a todos los gurús de las finanzas que ganan dinero asesorando a clientes sobre qué acciones subirán y cuáles bajarán: si un guru nos dice que compremos una acción a 100 porqué el “predice” que dentro de 2 meses valdrá 120 y podremos ganar la diferencia, los mercados se anticiparán y comprarán la acción masivamente. Eso hará subir la acción a 120 antes de que tengamos tiempo de comprar. Y si compramos a 120 hoy, entonces no ganaremos nada dentro de dos meses cuando la volvamos a vender a 120. Según la teoría del mercado eficiente, pues, más vale que  compremos 100 accionas escogidas por 100 dardos tirados por un mono maestrado contra las páginas financieras del periódico. Si lo hacemos así en lugar de escuchar a los asesores financieros, obtendremos el mismo retorno... ¡y nos ahorraremos las comisiones!

A mediados de los años 80, Bob Shiller encontró un problema con esta teoría. Si el precio de una acción representa la suma de los dividendos que esta acción generará en un futuro, la variación de precios tendría que ser igual a la variación de la suma de los dividendos. Pero si lo calculamos, resulta que los precios varían mucho más que los dividendos. Su conclusión es que hay factores que afectan a los precios que no son los dividendos. Y estos factores podrían tener relación con la irracionalidad de los inversores. Según Shiller, es cierto que los inversores compran teniendo en cuenta los dividendos que esperan que dé la empresa, pero también lo hacen teniendo en cuenta las “modas” (como todo el mundo compra empresas de tecnologías verdes, yo también) o los “estados de pánico” (como todo el mundo vende, yo también vendo por si acaso mis modelos de dividendos futuros están equivocados y los otros inversos saben alguna cosa que yo no sé). Estos comportamientos menos racionales hacen que en algunos mercados aparezcan burbujas especulativas como las que afectaron a las economías Española y Catalana y que nos llevaron la crisis que ahora estamos sufriendo.

Y si entre Messi y Cristiano, está Valdés, entre Fama y Shiller, está Lars Hansen: juega al mismo equipo de Fama (Chicago) pero, igual que le pasa a Víctor, juega a otra posición. Su aportación ha sido más técnica y ha creado métodos empíricos sofisticados que permiten ver cuál de las dos visiones del mundo es correcta.

La batalla intelectual entre los defensores de la hipótesis del mercado eficiente y los defensores de la irracionalidad sigue abierta. El comité del premio Nobel de este año ha decidido no mojarse y aceptar que hay gente inteligente con argumentos válidos y sólidos a los dos bandos. Es por eso que ha galardonado al líder intelectual de cada uno de los grupos... ¡y también a Víctor Valdés!

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INTRODUCTORY NOTE

Starting January 30, 2012, I decided to put the random (economic) thoughts that I was posting on Facebook, in a blog. In this site you will be able to read all Facebook notes going back to 2008, (without my Friend’s comments, unfortunately), but we will only maintain the new thoughts. If you want to check out the old comments, they are still posted on Facebook. If you want to comment on them, you have two options (1) Become a Facebook Subscriber. Since all the posts will also appear in Facebook, you will be able to comment there. (2) Comment on Twitter, as each post will also be announced in Twitter.

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