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19 January 2015

La Caída del Precio del Petróleo

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Entiendo que la gente esté confundida. Durante años los economistas nos han dicho que los aumentos de los precios del petróleo eran terribles para nuestras economías (y nuestros bolsillos) y ahora que el precio ha caído más del 50% en los últimos seis meses, nos dicen que eso también es malo! ¿En qué quedamos?

Claramente, un precio del petróleo más alto encarece la energía y eso hace que, una vez pasados por la gasolinera a llenar el depósito del coche, nos quede menos dinero para gastar en otros bienes y servicios.

Además de tener una demanda menor, las empresas que producen estos bienes y servicios tienen que hacer frente a unos costes energéticos superiores y todo hace que sus beneficios se reduzcan y se vean obligados a despedir trabajadores o incluso a cerrar. El aumento del precio del barril, pues, hace caer el PIB y el empleo y, por lo tanto, puede causar una crisis económica a los países no productores de petróleo.

Por el contrario, los países productores de petróleo ven cómo sus empresas extractoras de crudo obtienen más beneficios, sus gobiernos recaudan más recursos y, en general, tienen muchos más dinero para gastar. Es decir, los aumentos de precios del crudo benefician a los países productores y perjudican a los compradores. Eso es el qué pasó en 1974, cuando la OPEP redujo la producción para hacer que el precio del barril pasara de 25 dólares a 50. También es lo que pasó en el año 1979, cuando la revolución del Ayatolá Jomeini en Irán, hizo que el barril llegara a los 110 dólares y en también es lo que pasó en 2008, cuando la extraordinaria demanda de China hizo que el precio pasara de 70 a 140 dólares en pocos meses. En los tres casos, los aumentos del precio del crudo fueron seguidos de una crisis económica en los países compradores y de un aumento de la riqueza de los vendedores de petróleo.

La lógica elemental indica que si el aumento del precio del petróleo beneficia a los productores y perjudica a los usuarios, una reducción del precio del crudo como la vivida en los últimos meses tiene que tener el efecto contrario. Es decir, ha beneficiar a los usuarios y perjudicar a los productores, ¿no? ¡Pues no! Ahora resulta que hay economistas de aquellos que les gusta anunciar catástrofes que nos dicen que una reducción drástica del precio del crudo también es mala para los países compradores porque crea “deflación” (la deflación es una caída del IPC, la media de todos los precios de la economía). Y la deflación es mala por dos razones. Primero porque, cuando los consumidores ven que los precios bajan, posiblemente piensen que lo seguirán haciendo y que es mejor posponer algunas compras. Y claro, si la gente no compra porque está esperando en que los precios bajen más, las empresas no venden y se ven obligadas a despedir trabajadores o a cerrar. La deflación, pues, causa una crisis económica.

La segunda razón por la cual una deflación puede ser mala es que aumenta el coste de pagar las deudas. ¿Como? Pues imaginad a un propietario de bar que tiene una hipoteca de 100.000 euros. Si gana un euro por cada café, tiene que vender 100.000 cafés para saldar la hipoteca. Si el precio del café baja a 90 céntimos, él tiene que vender 110.000 cafés para saldarla. ¡Es decir, si los precios bajan un 10%, él tiene que trabajar un 10% más para pagar la misma hipoteca! Eso hace que haya mucha gente que no puede pagar sus deudas y quiebre, cosa que afecta a los bancos que les han prestado el dinero y, de rebote, al resto de la economía.

Resumiendo, según los catastrofistas, cuando cae el precio del petróleo, hay deflación y eso provoca crisis económica e impagos y quiebras generalizadas.

Este argumento es interesante pero tiene un pequeño problema: ¡es falso! Para ver el error tenemos que recordar que el IPC es la media de todos los precios de la economía. Si esta media cayera porque todos los precios de la economía bajan, entonces los catastrofistas podrían tener razón (aunque el argumento de posponer las compras de café porque el año que viene el café será más barato está cogido por los pelos). Pero la media también puede caer si todos los precios de la economía permanecen iguales y el precio de los combustibles baja mucho. De hecho, esta es precisamente la situación que estamos viviendo en la actualidad. Los últimos datos de la Eurozona demuestran que la media de TODOS los precios (el IPC) ha caído un 0,2% en el último año... ¡pero el IPC sin la energía ha aumentado un 0,8%! Es decir, dejando de lado el petróleo, el resto de precios no solo no han bajado sino que han subido un poco.

Eso quiere decir, por una parte, que como los precios de los cafés, las cigalas, la ropa o las neveras no bajan, nadie tiene incentivos a posponer las compras de estos productos. Es más, como que los vendedores de cafés, cigalas, ropa o neveras no ven cómo caen sus ingresos, el valor real de su deuda no cambia. Y, por lo tanto, ninguno de los dos supuestos costes de la deflación es cierto cuando el único precio que baja es el del petróleo, tal como pasa en la actualidad en Europa.

Por el contrario, lo que sí es cierto es que, el hecho de que el petróleo sea más barato hace que todos juntos tengamos que gastar menos en energía, cosa que libera dinero para gastar en otros bienes y servicios. Eso alimenta la demanda de otros productos y, por lo tanto, genera más actividad económica (¡y no menos!) en la Eurozona. La bajada del precio del petróleo que hemos vivido en los últimos meses, pues, es muy buena para nosotros y nuestra economía. ¡Punto y final!

Naturalmente que no se puede decir lo mismo de los países productores de petróleo como son ahora Arabia Saudí, Rusia, Venezuela, Qatar, Noruega o Estados Unidos: sus empresas productoras generan muchos menos ingresos y sus estados recaudan muchos menos impuestos. Para países con sectores públicos altamente dependientes de las ventas de carburantes, como Rusia o Venezuela, un precio del petróleo por debajo de 50 dólares como tenemos ahora puede incluso significar la incapacidad de afrontar los gastos públicos y la insolvencia del estado.

¿Va a durar mucho la caída del precio del crudo? Nadie lo sabe. Lo que está pasando es que la demanda mundial de petróleo ha bajado substancialmente debido básicamente a la desaceleración de China y el resto de economías BRICS y al aumento de la oferta proveniente de los Estados Unidos, donde la tecnología del “fracking” está convirtiendo a un país importador de gas y petróleo en un país autosuficiente. Hasta hace muy poco, las reducciones de demanda venían compensadas por reducciones de la oferta de Arabia Saudita con el objetivo de mantener el precio mundial. Es decir, los Árabes hacían de “estabilizador de precio” a base de ajustar la cantidad de millones de barriles que producían cada día. Parece que hace unas semanas los líderes árabes decidieron que ellos producían una cantidad X de barriles de petróleo y ya no querían jugar más el papel de bisagra. La reducción de demanda del mundo emergente y el aumento de la oferta de los Estados Unidos no se ha visto esta vez compensado por una disminución de la producción saudita y, claro, eso ha generado el colapso de precios.

La pregunta, pues, es si Arabia Saudita volverá a hacer su papel de bisagra y reduce su cuota de producción. Nadie lo sabe porque eso es una cuestión geoestratégica, pero quizá es interesante mirar quien sale ganando y perdiendo de la actual situación. El primer perdedor obvio es, como ya he dicho, Vladimir Putin y su plan expansionista militar. No sé si es casualidad pero Arabia Saudita ha dejado caer el precio del crudo unos meses después de las sanciones impuestas por los Estados Unidos y Europa tras su invasión militar de Ucrania. A diferencia de la Unión Soviética que estaba aislada económicamente, la Rusia de Putin está interconectada con el resto del mundo y eso la hace vulnerable allí donde más les duele a los líderes políticos: ¡en la cartera de sus empresas!

Pero antes de pensar en una confabulación entre Americanos y Sauditas para ahogar a Putin, hay que tener en cuenta que las nuevas tecnologías del fracking utilizadas por las empresas norteamericanas son todavía muy primitivas y caras. Se estima que el barril de petróleo obtenido por ese método cuesta unos 85 dólares por barril (en comparación, cuesta unos 5 dólares extraer un barril de petróleo a Arabia Saudí, unos 18 en Qatar o 30 en Rusia). Por lo tanto, si el precio del barril se mantiene por debajo de 85 dólares durante mucho tiempo, los más perjudicados serán las empresas de fràking americanas que tendrán que cerrar. Quizá los sauditas no estén manteniendo el precio del crudo bajo para castigar a Putin sino que están intentando eliminar la competencia para tener vía libre más adelante.

Podemos especular sobre por qué Arabia Saudita ha decidido dejar de jugar el papel de bisagra y sobre cuanto tiempo va a seguir manteniendo la oferta alta y el precio reducido. En cualquier caso, lo que sí sabemos es que mientras los Saudís no abandonen esta nueva política de mantener su producción y mientras la demanda proveniente del mundo emergente (sobre todo China) se mantenga baja por culpa de su desaceleración, el petróleo seguirá siendo barato. Y digan lo que digan los augures del desastre, esa es una gran noticia para los ciudadanos de los países importadores que debemos celebrar, con indisimulada alegría y sin ambigüedades, la caída del precio del petróleo.

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INTRODUCTORY NOTE

Starting January 30, 2012, I decided to put the random (economic) thoughts that I was posting on Facebook, in a blog. In this site you will be able to read all Facebook notes going back to 2008, (without my Friend’s comments, unfortunately), but we will only maintain the new thoughts. If you want to check out the old comments, they are still posted on Facebook. If you want to comment on them, you have two options (1) Become a Facebook Subscriber. Since all the posts will also appear in Facebook, you will be able to comment there. (2) Comment on Twitter, as each post will also be announced in Twitter.

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