Aparcar en algunas partes de algunas ciudades es un grave problema: no hay sitio para aparcar en la calle y eso produce nerviosismo entre los conductores que buscan una plaza para estacionar su vehículo. Pero ese no es el único problema Se estima que hasta un 30% del tráfico en la ciudad son conductores que están buscando plaza, lo que genera congestión y contaminación.
El problema fundamental de la falta de aparcamiento es de oferta y demanda: en las zonas llenas a las horas llenas, el precio es demasiado bajo y los conductores prefieren aparcar en la calle que hacerlo en un parking.
La ciudad de San Francisco está estudiando una solución: utilizando las nuevas tecnologías, los precios de la plaza de parking cambian. Cuando hay escasez el precio sube. Cuando hay exceso de oferta el precio baja. Cuando a determinadas horas la zona A de la ciudad está llena y en la B todavía tiene plazas, el precio en A sube, el precio en B baja y eso incentiva a la gente a ir de A a B. Y cuando el precio en A es suficientemente alto, la gente se va directamente al párking privado.
En estos tiempos de recortes, los precios más eficientes podrían tener también un impacto sobre la recaudación: el hecho de que no haya plazas para aparcar claramente quiere decir que los precios son demasiado bajos y el ayuntamiento no recauda lo que podría recaudar si pusiera el precio de equilibrio. Y por culpa de eso, las administraciones tienen un déficit superior al que podrían tener y se ven obligadas a recortar servicios que no deberían recortar o a subir impuestos que no debería subir. Si! Ya sé que los vecinos y los usuarios de automóviles se van a quejar. Pero esos usuarios también son ciudadanos que pagan impuestos, utilizan la sanidad y las escuelas y los demás servicios del estado y lo que paguen por un lado se verá recompensado en forma de menos recortes por otro. Y el conjunto de la economía funcionará de manera más eficiente. Es lo que tiene encontrar y usar, el precio de equilibrio en el parking.