Hasta ahora, los economistas creían que un factor determinante de la oferta de trabajo eran los impuestos: cuanto más altos son los impuestos, menores son las ganas de trabajar (Prescott 2004, Rogerson 2006). Al fin y al cabo, ¿para qué esforzarse si el gobierno se queda con una parte importante de tu salario?
El Gráfico 1 muestra una relación negativa entre la carga impositiva y la oferta laboral. La segunda parte del gráfico demuestra que esta relación, sin embargo, sólo se cumple para los hombres y no para las mujeres.
En un reciente artículo Indraneel Chakraborty, Hans Holter y Serhiy Stepanchuk proponen una relación alternativa para las mujeres: ¡la tasa de divorcio! Cuando el divorcio no existe (o no es generalizado) muchas mujeres deciden abandonar el mercado laboral para dedicarse a la familia. Cuando la probabilidad de divorcio es elevada, sin embargo, la participación de las mujeres en el mercado laboral aumenta ya que la mujer no está dispuesta a sacrificar su carrera porque sabe que, en caso de divorcio, va a tener que trabajar. Eso es lo que se ve en el gráfico 2. ¡Si! Ya sé que correlación no quiere decir causalidad. Pero dejo el dato (y la referencia) aquí. Para que penséis si tiene sentido.