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20 January 2017

Informe de Oxfam: Perder la Credibilidad Intelectual

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Oxfam acaba de publicar un informe criticando el sistema económico actual. Se queja del exceso de influencia política de algunas empresas multinacionales (el capitalismo de amiguetes), de los agujeros legales que permiten que las grandes corporaciones eludan impuestos legalmente, de las puertas giratorias y de la corrupción. Todas esas críticas son válidas, importantes y deben ser escuchadas por los líderes mundiales. Pero lo que más ha llamado la atención mediática del informe es la afirmación de que las 8 personas más ricas del planeta tienen la misma riqueza que la mitad de la humanidad. Esa afirmación es tan dramática que se ha convertido en el titular de noticias de miles de periódicos de los cinco continentes. Solo tiene un pequeño problema: ¡es falsa!

Al ver que la mayoría de periodistas reproducían acríticamente el análisis de Oxfam, he leído detalladamente el artículo metodológico del informe para saber cómo ha llegado Oxfam a esa conclusión.

Lo primero que llama la atención del informe es que la propia Oxfam NO HACE ningún estudio de la distribución de la riqueza en el mundo! Según confiesan los propios autores ellos simplemente toman (también acríticamente) un estudio realizado por Anthony Shorrocks y Jim Davids para el banco Crédit Suisse (lo podéis comprobar aquí ). Podéis encontrar este estudio de Credit Suisse aquí)

El problema para Oxfam, es que el estudio de Credit Suisse comete errores metodológicos graves. Dejadme comentar los principales. El primer error es que utiliza el tipo de cambio nominal de mercado para comparar la riqueza de diferentes países. Y eso es un gran problema. Me explico: la riqueza de los ciudadanos de cada país está expresada en la moneda que se utiliza en ese país. Es decir, la riqueza de los italianos está en euros, la de los norteamericanos está en dólares, la de los nigerianos en nairas y la de los chinos en yuanes. Para poder comparar esas riquezas, se tienen que poner en las mismas unidades. La manera más sencilla de hacer esa transformación es utilizar el tipo de cambio nominal. El problema es que esa solución es equivocada.

A modo de ejemplo, comparemos la riqueza de un colombiano que tiene 3 millones de pesos con la de un americano que tiene 10.000 dólares. ¿Quién es más rico? De entrada, no se puede decir porque no sabemos cómo comparar dólares con pesos.

La reacción instintiva es la de utilizar el tipo de cambio que publica la sección económica de cualquier periódico (o googleamos “tipo de cambio dólar peso colombiano”). El cambio de hoy es 3.000 pesos por dólar. Cogemos 3 millones de pesos y los dividimos por 3.000 pesos por dólar y vemos que les 3 millones de pesos equivalen a 1.000 dólares a día de hoy. Como el americano tiene 10.000 dólares y el colombiano solamente 1.000, el americano es 10 veces más rico que el colombiano. O utilizando la comparación de Oxfam: la riqueza de un americano equivale a la de 10 colombianos.

Al utilizar el tipo de cambio, sin embargo, lo que implícitamente hacemos es imaginar que el colombiano coge su riqueza en pesos, se va al banco y los cambia por dólares. Con esos 1.000 dólares puede comprar 10 veces menos bienes y servicios que el norteamericano. El problema es que esos 1.000 dólares los tendría que gastar en Estados Unidos y no en Colombia (porque en Colombia no se utilizan dólares sino pesos). La realidad, sin embargo, es que el colombiano no se va a gastar el dinero en Estados Unidos sino en Colombia y no lo va a hacer utilizando dólares sino pesos. Y todo el mundo sabe que los bienes y servicios en Colombia son más baratos que en Estados Unidos por lo que el poder adquisitivo en Colombia es superior. Imaginemos que el Americano se gasta sus 10.000 dólares en Estados Unidos y el Colombiano se gasta sus 3 millones de pesos Colombia. ¿Cuántos bienes van a poder comprar cada uno? Para hacer una comparación fácil, imaginemos que ambos se gastan su riqueza comprando hamburguesas Big Mac. El precio de un Big Mac en New York es 8 dólares y en Colombia 14.300 pesos. Con 10.000 dólares, el americano se compra 1.250 hamburguesas mientras el con 3 millones de pesos el colombiano se podrá comprar 210 Big Macs. Y 1.250 Big Macs son 6 veces más que 210 Big Macs. Es decir, el poder adquisitivo del americano es 6 veces mayor que el del colombiano y no 10 veces como decía el análisis del tipo de cambio. O, en la terminología de Oxfam, la riqueza de un americano equivale a la de 6 y no 10 colombianos.

Hace décadas que los economistas entendieron este problema y descubrieron que no se puede utilizar el tipo de cambio para comparar el poder adquisitivo del dinero de diferentes países sino que se tiene que corregir por la “paridad del poder adquisitivo” (PPA). Esencialmente, los economistas hacen lo que acabo de describir con los Big Macs pero, en lugar de Big Macs, hacen la comparación con “cestas de compra” donde hay una gran variedad de productos. La compra de cestas complica el análisis pero la intuición es la misma que la del Big Mac.(*)

Todo esto que os explico hoy lo explicamos en las clases de introducción a la economía durante la primera semana del curso y los estudiantes que cometen el error de transformar las riquezas o las rentas de diferentes países usando el tipo de cambio son suspendidos de manera fulminante. Es absolutamente sorprendente que el estudio de Credit Suisse cometa este error tan infantil y que ninguno de los economistas de Oxfam que usan ese estudio lo haya detectado y corregido. De hecho, la casualidad hizo que el día que leía el informe de Oxfam tuviera una reunión con Angus Deaton, el profesor de Princeton y premio Nobel de Economía especialista en calcular distribuciones mundiales del ingreso. Al verle, le pregunté qué opinaba del hecho de que Oxfam utilizara los tipos de cambio. Su respuesta fue de incredulidad: “no es verdad, ¡estoy seguro de que utilizan el PPA! Es imposible que alguien utilice los tipos de cambio para hacer la comparación”, exclamó. Gracias a San Google, bajé inmediatamente el informe a mi teléfono y se lo mostré. El pobre hombre, que ya es mayor, ¡casi se muere del susto! No se lo podía creer.

Utilizar tipos de cambio nominales en lugar de PPA introduce dos problemas graves que tienden a sesgar la frase lapidaria de Oxfam. El primer sesgo es que tenderemos a llegar a la conclusión de que la riqueza de un rico americano equivale a la de muchos más pobres extranjeros de lo que es en realidad. Fijaos que eso es lo que nos ha pasado exactamente en el ejemplo: la riqueza de nuestro norteamericano equivale a la de 6 colombianos, pero al utilizar el tipo de cambio, llegamos a la conclusión equivocada de que equivale a 10 colombianos. La diferencia no es menor.

El segundo sesgo que ocurre cuando utilizas el tipo de cambio es que éste puede fluctuar de un año para otro. Y cuando el dólar sube, uno llega a la conclusión de que los norteamericanos son más ricos y los demás más pobres cuando, en realidad, eso no es verdad. ¿A nadie le ha llamado la atención el hecho de que el año pasado el titular de Oxfam era “los 62 más ricos del mundo tienen la misma riqueza que la mitad de la humanidad”? Si, si. El año pasado eran 62 y este año solo 8. ¿Tanto han cambiado las cosas en un año? De hecho, hace dos años no eran ni 8 ni 62 sino 85. Y esas variaciones en el número de ricos que equivalen al 50% de la humanidad solo demuestra una cosa y es una cosa que no tiene nada que ver con la riqueza o la pobreza: ¡el dólar ha estado subiendo en relación a la mayoría de países emergentes en los últimos años! La errónea metodología de Oxfam les lleva a concluir que la riqueza de los ricos ha aumentado mientras espectacularmente mientras que la del resto del mundo ha disminuido. En realidad, lo que están captando es ¡la subida del dólar!

Un segundo error metodológico cometido por la gente de Oxfam-Credit Suisse es que no tiene en cuenta la riqueza de muchos ciudadanos pobres de la mayor parte de países. Una gran parte de los ciudadanos de todo el mundo no tiene riqueza financiera (acciones, bonos, fondos de inversión) y tampoco son propietarios de tierras o bienes inmuebles. Eso no quiere decir que no tengan riqueza. Lo que pasa es que su riqueza está en forma de bienes de consumo duraderos: coches, muebles, ropa, televisiones, ipads, teléfonos celulares, bicicletas, motocicletas, neveras y otros electrodomésticos, relojes y joyas(**). Para nosotros, en occidente, una bicicleta o una moto puede no representar mucho, pero hay muchas familias en el mundo emergente esa bicicleta o esa moto es todo lo que tienen. Pues bien, según reconocen los propios autores del estudio de Credit Suisse citado por Oxfam (página 119), para la mayor parte de países, los datos excluyen esos bienes duraderos!!!(***) Y claro, si excluyes arbitrariamente la única riqueza que tiene una parte de la humanidad, pues llegas a la conclusión equivocada de que su riqueza es cero. Pero no es que su riqueza sea cero, ¡es que los autores han decidido arbitrariamente la única riqueza que tienen!

El tercer problema grave del análisis de Oxfam-Credit Suisse es que analiza la riqueza neta de los ciudadanos. La riqueza neta es la diferencia entre las posesiones y las deudas. Si uno no tiene ninguna riqueza y se compra una casa valorada en X con un crédito de X, su riqueza neta sigue siendo 0 (si restamos la deuda X del valor de la casa, X, nos sigue saliendo cero). El problema es que, si en lugar de una vivienda, uno se compra un coche (u otro bien duradero), entonces Oxfam contabiliza la deuda pero no el valor del coche! Por lo tanto, ¡Oxfam dice que tiene una riqueza neta NEGATIVA! Y en su estudio hay MUCHA gente con riqueza neta negativa. A todos los que se han endeudado para comprar bienes duraderos hay que sumar a los emprendedores que se han endeudado para crear sus empresas (también tienen riqueza negativa), más los estudiantes que se endeudan para estudiar. De hecho, según el estudio de Oxfam-Credit Suisse, el 9% de la población mundial tiene riqueza neta negativa. Eso incluye al 10% de los europeos y al 9% de los norteamericanos. Esto hace que el estudio de Oxfam capture cosas muy raras. Por ejemplo, cualquier bebé recién nacido en una choza del poblado más miserable de Zambia, al tener una deuda de cero, es más rico que el 10 de la población europea y el 9% de la norteamericana. Repito: cualquier bebé recién nacido en una choca del pueblo más miserable de Zambia es más rico que el 10% de los europeos y el 9% de los norteamericanos”. Me pregunto cómo no fue ése el titular del estudio!

De hecho, el estudio de Oxfam nos dice que ese bebé recién nacido en el poblado más miserable de Zambia es más rico que los estudiantes recién graduados de la escuela de negocios de Harvard que cobran un salario de 500.000 dólares anuales, pero que tienen una riqueza negativa porqué pidieron un crédito para pagar sus estudios. Parece un poco ridículo, ¿no? Pues eso es lo que implica el estudio de Oxfam-Credit Suisse!

El problema es que Oxfam se obsesiona por la riqueza neta para poder sacar un titular que dé a entender que vivimos en un horrible mundo devastador, aunque las consecuencias de ese análisis sean ridículas. Un análisis mucho más interesante (aunque menos dado a dar titulares demagógicos) es el de la evolución de los ingresos. Y si uno mira los ingresos, verá que en 1990, el 35% de la población mundial vivía en situación de pobreza extrema (es decir, ganaba menos de 1,9 dólares al día) y que, después de tres décadas de reducción de pobreza, se estima que en 2015 hay menos de un 10% de la población mundial viviendo con menos de 1,9 dólares al día! Antes de que se me eche todo el mundo encima por decir que el mundo ha mejorado y que la tasa de pobreza se ha reducido de manera espectacular en solo 30 años (de hecho, se ha dividido por 6 si contamos desde 1970), dejadme que os diga que he copiado esta frase, literalmente, del propio estudio de Oxfam (y, aunque el informe no lo diga, los datos de 1,9 dólares al día presentados por el banco mundial están ajustados por la inflación entre 1990 i 2015).

Si en lugar de mirar las tasas de pobreza miramos las desigualdades de ingreso (insisto, el ingreso es mucho más relevantes que las desigualdades de riqueza neta que analiza Oxfam), uno también observa que las desigualdades globales se han reducido substancialmente desde 1970.(****) Y eso pasa por primera vez desde 1760, cuando empezó la revolución industrial.

Desde que Lucy se levantó hasta 1760, las desigualdades eran muy pequeñas. Básicamente todo el mundo vivía al borde de la subsistencia. Malthus describió esa situación histórica, explicando que cuando los alimentos escaseaban, miles o millones de personas morían. Y eso pasaba en el mundo de los recolectores de hace 15.000 años, en el antiguo Egipto, en la Roma clásica, la Europa medieval, la América precolombina o la China de la dinastía Ming. ¡Si! Había algunos ciudadanos ricos (el emperador, el césar, el rey o el burócrata chino), pero el 99% de la población eran trabajadores agrícolas o recolectores que vivían día a día al borde de la muerte.

En 1760 empieza la revolución industrial y se introduce en algunos países lo que después se conoció como economía de mercado o capitalismo. Y así, países como Inglaterra u Holanda empezaron a crecer. Algunos de sus ciudadanos se hicieron inmensamente ricos (por lo que las desigualdades dentro de esos países aumentaron), pero también subieron salarios y compensaciones. Las desigualdades entre países también aumentaron a medida que Holanda e Inglaterra eran cada vez más ricas mientras que el resto del mundo se quedaba atrás. La revolución siguió por Estados Unidos, el resto de Europa y, ya en el siglo el Japón de la era Meiji. Las distancias entre ricos y pobres siguieron aumentando durante el Siglo XIX hasta mediados del XX. De hecho, hasta 1975. En ese momento el 20% de la población mundial vivía en países ricos y el 80% en países pobres. Y entonces ocurrió algo espectacular: los países más pobres y más poblados del mundo reformaron sus economías, introdujeron la economía de mercado y empezaron a crecer. 1.300 millones de chinos, 1.200 millones de indios, 4.000 millones de asiáticos vieron como sus ingresos empezaban a crecer a un ritmo de 6, 7, 10, hasta 12% cada año. Las diferencias o desigualdades entre ricos y pobres se empezaron a reducir a nivel global, un fenómeno que se conoce con el nombre de “la gran convergencia”. La gran convergencia se aceleró a partir de 1995, cuando África empezó a tener tasas de crecimiento substanciales por primera vez en su historia. Es verdad que en algunos países, las desigualdades entre ricos y pobres han aumentado en los últimos 30 años. Pero la gran convergencia ha sido tan fuerte que al sumar el aumento de las desigualdades dentro de los países con la disminución dramática de las desigualdades entre países, las desigualdades globales se hayan reducido.

Resumiendo, las desigualdades globales de ingresos entre los ciudadanos del mundo no son cada vez mayores como sugiere el informe de Oxfam, sino que están disminuyendo por primera vez en la historia.

Lo cual no quiere decir que debamos estar satisfechos con el estado actual del mundo. Los que tenemos una gran preocupación por la pobreza debemos seguir luchando hasta conseguir erradicar esa lacra. Reducir la pobreza es bueno, pero no es suficiente. Hay que acabar con ella. Pero que todavía quede camino por recorrer no quiere decir que no se haya progresado. Para intentar mejorar el mundo, uno debe intentar hacer un diagnóstico lo más preciso y correcto posible. Y el informe de Oxfam diagnostica correctamente alguno de los problemas del mundo (la corrupción, el capitalismo de amiguetes que mina la competencia o los agujeros legales que permiten la elusión fiscal). El problema es que, para conseguir "vender" esas ideas, falsea la realidad en cuanto a la evolución de las desigualdades en el mundo utilizando una metodología problemática y equivocada que da resultados carentes de sentido. Y  cuando uno falsea la metodología para exagerar las desigualdades en un intento de buscar el titular fácil uno corre el riesgo de perder credibilidad intelectual.

(*) Hoy día hay dos instituciones que estiman el PPA para todos los países del mundo: una es la Universidad de Pennsylvania en las llamadas Penn World Tables. El otro es el Banco Mundial con su “International Comparisons Project”.

(**) Como ya comenté en su día en este mismo blog (http://www.salaimartin.com/randomthoughts/item/720-piketty), en su famoso estudio sobre las desigualdades en los países ricos, Thomas Piketty también ignora los bienes duraderos como forma de riqueza.

(***) Según los autores del estudio, para algunos países sí que se incluyen los bienes duraderos (y citan China, India e Indonesia). Por lo tanto, fijaos que la definición de riqueza es distinta para distintos países lo que hace que los datos sean difícilmente comparables!!!

(****) De hecho, para los que no os guste comparar ingresos, si miramos las desigualdades en la esperanza de vida, las desigualdades en mortalidad infantil, o las desigualdades en educación, todas ellas se han reducido dramáticamente en las últimas décadas.

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Starting January 30, 2012, I decided to put the random (economic) thoughts that I was posting on Facebook, in a blog. In this site you will be able to read all Facebook notes going back to 2008, (without my Friend’s comments, unfortunately), but we will only maintain the new thoughts. If you want to check out the old comments, they are still posted on Facebook. If you want to comment on them, you have two options (1) Become a Facebook Subscriber. Since all the posts will also appear in Facebook, you will be able to comment there. (2) Comment on Twitter, as each post will also be announced in Twitter.

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